Existen distintas acepciones del término, que derivan de una determinada concepción de la naturaleza humana: 1) tradicionalmente se le ha definido como ser racional, cuya conducta está determinada por la razón, en contraposición a los animales, que actúan instintivamente. La capacidad abstractiva o de reflexión, que permite al hombre formar conceptos y acceder al lenguaje, define la racionalidad. En este sentido, la filososfía griega alude al hombre como ser que posee logos, para nombrar las cosas, o que posee alma, principio activo que da vida y dirige el cuerpo, permitiendo, según algunos filósofos, el acceso al mundo de los inmortales; 2) Aristóteles lo definió como animal político, que se realiza en la polis y necesita de ella en la medida en que su ser forma parte de la vida de la comunidad; 3) con el cristianismo, el hombre es concebido como un ser superior a las restantes criaturas, hecho a imagen y semejanza de Dios. Se fundamenta así la hipótesis geocéntrica...