Objetivos El urbanismo como disciplina nace en el siglo XIX como estudio y práctica de la transformación de la ciudad en la era industrial. Alcanza su madurez técnica en el siglo XX, y el gran reto se plantea en su futuro a lo largo del siglo XXI, a partir de los cambios graduales de la ciudad. Así como la ciudad moderna es un gran conglomerado en el que perviven viejas estructuras históricas y antiguas formas de vida junto con concepciones nuevas nacidas del capitalismo y de la técnica, la ciudad contemporánea emerge precisamente de su desintegración. La ciudad actual no es una ciudad pública a la manera clásica, no es una ciudad campesina y doméstica, no es una ciudad integrada por una fuerza espiritual. La ciudad de hoy es una ciudad fragmentaria, caótica, dispersa, a la que le falta una figura propia que el urbanismo del futuro debe saber configurar.