Introducción Para la doctrina cristiana, la veracidad y santidad de la Biblia son, en parte, algo empíricamente perceptible: la simple lectura humana de los libros que componen la Biblia lleva a percibir el hondo espíritu religioso que los anima, así como a advertir que sus autores actúan con honradez y autenticidad. Ahora bien, entendidas no meramente así sino con toda la radicalidad con las que las profesa la doctrina católica, presuponen la aceptación del dogma de la inspiración, y, por tanto, la aceptación de la intervención especial de Dios en la historia de la Revelación que va desde Abraham hasta Cristo.